En un clima de profundo silencio que favorece el encuentro consigo mismo y con Dios, donde se alternan momentos de oración contemplativa, de oración litúrgica, de la Celebración de la Eucaristía, de meditaciones predicadas, de reflexión personal, compartir grupal, de acompañamiento personal al que lo desee y solicite. Contando cada participante con una habitación individual para aprovechar de modo especial ese tiempo para “…tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama” (V8,5).
Para ver más fotos de la casa, haga clic aqui
“Fíe de la bondad de Dios, que es mayor que todos los males que podemos hacer, y no se acuerda de nuestra ingratitud. Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias; no nos cansemos nosotros de recibir”. (V 19, 15)